Reproducimos el artículo publicado en el Magazine ‘Smart Green’ escrito por Gala Lamperti, acerca del proyecto MedArtSal en el que participa nuestra ONG para promover la gestión sostenible, ambiental y económicamente, de las salinas artesanales.

Museo Salina Trapani © Alexey Kuznetsov Dreamstime

MedArtSal: El proyecto que promueve el turismo sostenible y los productos artesanales

Las salinas artesanales de todo el Mediterráneo se enfrentan hoy a tiempos críticos. Enfrentadas con la industrialización de la producción de sal, la presión impuesta por la urbanización y la competencia estresante de productores terrestres más baratos, las salinas costeras luchan por seguir siendo económicamente viables.

Estos sitios son paisajes de un valor y una relevancia asombrosamente altos, no solo por brindar servicios socioeconómicos a las comunidades locales, sino también por desempeñar un papel fundamental en la preservación de la biodiversidad y el mantenimiento de la costa.

Por lo tanto, cambiar su orientación empresarial hacia la promoción de su turismo sostenible y productos artesanales se ha convertido ahora en esencial para su persistencia. Un proyecto europeo está demostrando que este enfoque tiene éxito.

MedArtSal es un modelo de gestión sostenible para las Salinas artesanales del Mediterráneo, respaldado por un fondo de la UE de 3 ml de euros, que tiene como objetivo crear una red de marismas que involucran sitios en Italia, España, Líbano y Túnez.

El proyecto, en asociación con instituciones como el Consorcio Universitario de Economía Industrial y Empresarial y la Cámara de Comercio e Industria Tunecina-Italiana, comenzó el pasado mes de noviembre y continuará hasta 2022.

“Nuestro objetivo es crear un modelo de gestión ambiental y económicamente sostenible para las salinas artesanales”, explicó Martina Vallerotonda, gerente de proyectos de MedArtSal, en una entrevista a SmartGreen Post. “La idea es crear un modelo, que luego sea utilizable por tantas salinas como sea posible en el Mediterráneo, creando colaboración entre los sitios”.

© Universidad de Càdiz

Actualmente, las salinas que participan activamente son La Esperanza, en Andalucía, gestionada por la Universidad de Cádiz, uno de los socios y promotores, y la Salina di Secca, un lugar desértico del interior tunecino famoso por su característico color rojizo.

Pero el proyecto está a punto de expandirse aún más, como explica Vallerotonda, con la activación a corto plazo de una pequeña convocatoria para involucrar a otras entidades en la cadena de suministro.

“Queremos crear un nicho de mercado y asegurarnos de que estos productores artesanales que intentan resistir el imperio de las salinas industriales puedan continuar desarrollando sus actividades de manera económicamente sostenible y manteniendo viva la tradición”, dice.

© Panthalassa Salarte

La generación de oportunidades de empleo relacionadas con la producción de sal también podría contribuir al desarrollo local en otros sectores.

 “Creemos que las salinas mediterráneas pueden ser el paisaje perfecto para actividades educativas y culturales; brindar productos de alta calidad relacionados con el uso gastronómico, terapéutico, biotecnológico; y atraer turismo sostenible ”, explicó Lourdes Lázaro Marín, portavoz de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), organismo internacional que se ocupa de la protección de la biodiversidad y uno de los socios del proyecto.

De hecho, otro aspecto de MedArtSal es la promoción del ecoturismo en las salinas artesanales. La puesta en valor de las salinas debería generar un marketing territorial vinculado al conocimiento de los procesos tradicionales de extracción de sal y la valoración de la biodiversidad de la zona, explicó Juan Martín Bermúdez de Salarte , otra ONG socia del proyecto durante una entrevista con SmartGreen Post .

© Flamenco IUNC

“Gracias a sus peculiares características, las salinas se han convertido en áreas de alto valor biológico que albergan hasta un centenar de especies de aves acuáticas”, señaló Bermúdez. Estos sitios también podrían convertirse en hábitats importantes para muchas de estas aves que, en el contexto del cambio climático y el consecuente aumento del nivel del mar, luchan por encontrar escalas durante sus migraciones estacionales.

Además, como la concentración de sal en los estanques es extremadamente alta, estos humedales crean las condiciones de hábitat perfectas para la vida de microorganismos y plantas específicos. Por ejemplo, el cultivo de microalgas es típico de estos sitios, generando una amplia variedad de productos con aplicación industrial en los campos de la biotecnología, la acuicultura, la gastronomía y las ciencias marinas.

© Salarte

El proyecto MedArtSal podría finalmente aumentar la conciencia entre las comunidades y las instituciones públicas sobre los servicios que brindan las salinas artesanales y, por lo tanto, sobre la necesidad de preservar estos paisajes en nuestro futuro cercano.

“Al preservar las salinas artesanales, estamos preservando un patrimonio cultural ancestral común en la región mediterránea”, agregó Lourdes Lázaro Marín. “Eso podría reforzar el sentido de pertenencia de las partes interesadas involucradas”.

Artículo original de Gala Lamperti :