Esta semana realizamos una visita a la Salina La Esperanza junto a miembros de la Sociedad Española de Ornitología -SEO/BirdLife- y la Universidad de Cádiz -UCA- para el seguimiento de los trabajos de mejora y conservación que llevamos a cabo en esta salina de Puerto Real, Cádiz, en base al proyecto “Saltpan Initiative” financiado por la Fundación MAVA, a través de BirdLife International, proyecto dirigido a la restauración y puesta en valor de los humedales costeros en la región mediterránea.
En concreto, la iniciativa está enfocada en unos humedales peculiares como son las salinas, por conformar hábitats de gran interés para las aves, en particular para las especies migratorias.
El objetivo del acuerdo es aumentar la superficie destinada a la nidificación de las especies de aves limícolas que se reproducen en esta salina situada en el término municipal de Puerto Real, así como a la promoción de su potencial turístico dentro de los valores de interés del Parque Natural Bahía de Cádiz.
Participaban en la visita junto a Juan Martín, presidente de Salarte, Ana Carricondo, coordinadora de Conservación en SEO/BirdLife y los profesores e investigadores del Grupo de Conservación de Humedales Costeros de la UCA, Macarena Castro y Alejandro Pérez Hurtado con los que Salarte lleva años trabajando en el estudio, recuperación y puesta en valor de la marisma salinera y las salinas artesanales.
Tras mantener varias reuniones en la Universidad y con el director del Parque Natural Bahía de Cádiz, Antonio Gómez Ferrer, el grupo se dirigía a la Salina para comprobar in situ la evolución de los trabajos.
La Salina La Esperanza ha sido concebida desde su restauración por la UCA como un laboratorio natural para ayudar al mantenimiento de las aves. Se trata de la zona con mayor densidad de nidos de chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) del Parque Natural Bahía de Cádiz, con unas 124 parejas, que representan más del 70% de las parejas estimadas en el Parque Natural, siendo además una de las zonas más importante en toda España para este ave limícola. Precisamente, SEO BirdLife acaba de anunciar la elección de esta especie como “Ave del Año” 2019.
Aunque la Salina se encuentra restaurada y en funcionamiento, existen zonas aledañas en las que experimentar aumentando la superficie destinada a la reproducción de las cuatro principales especies de aves que se reproducen en ella: chorlitejo patinegro, avoceta, charrancito y cigüeñuela. En la zona seleccionada, el principal problema detectado es la ausencia de una adecuada regulación y manejo del agua, ya que se encuentra actualmente “a la marea”, así como el desgaste de los muros salineros, que produce episodios recurrentes de inundaciones de nidos en la zona.
Tras un diagnóstico inicial, ya han comenzado los primeros trabajos para aumentar la altura de los muros perimetrales -evitando así la inundación de los nidos-, y para rebajar y adecuar los muretes interiores en los que estas especies nidifican. El siguiente paso será sellar algunas cangrejeras, dragar una rienda, reducir la colmatación de las antiguas naves, aportar sustrato y microestructuras en coronación para propiciar el uso de muretes como área de reproducción y cría, algo que se llevará a cabo esta próxima semana.
Con la mejora en el control de los niveles de agua en la salina mediante pequeños periquillos o compuertas, se propiciará un manejo más eficiente en cuanto a niveles de agua, salinidad, y por ende, aumento de la biomasa y accesibilidad de alimento potencial de las aves.
Además de estas acciones de mejora directa de las estructuras de la salina y evaluar los resultados de reproducción, en el marco del proyecto se están redactando informes técnicos y se llevará a cabo un programa de voluntariado así como una jornada de divulgación y sensibilización de los valores de las salinas tradicionales para la diversificación de actividades –especialmente el ecoturismo- y establecer reuniones con agentes clave y entidades de gestión para incluir planes de manejo en la gestión de estas áreas protegidas.
Seguiremos informando…