El pasado jueves, la Galería Cobertura Photo, en Sevilla, fue escenario de un encuentro tan necesario como revelador. La ONG Salarte, con su presidente Juan Martín Bermúdez al frente, organizó la tertulia Marisma Humana, un diálogo abierto y multidisciplinar que quiso poner en valor —y en alerta— un territorio tan fascinante como olvidado: la marisma andaluza.

En esta conversación participaron voces que representan distintas formas de mirar y entender este ecosistema único: Elena Ceballos Romero, oceanógrafa; Antonio Aguilera Nieves, escritor; Antonio Rodríguez Clarita, investigador; y Rafael Peralta Revuelta, ganadero. Entre todos ofrecieron una panorámica rica y compleja sobre un espacio profundamente moldeado por el ser humano desde tiempos inmemoriales. Porque la marisma, lejos de ser un paisaje estático o salvaje, ha sido siempre un terreno intervenido, aprovechado, vivido. Un lugar donde el hombre ha aprendido a convivir con las mareas, a sacar partido del agua y de la tierra, a transformar sin destruir… al menos, hasta ahora.

Durante la tertulia se evocaron tiempos remotos en los que lo que hoy conocemos como Doñana era un mar interior, el llamado golfo tartésico o lago ligustino, que se extendía hasta más allá de Sevilla. Estudios recientes sitúan en La Puebla del Río, justo frente a la Cañada de los Pájaros y la finca El Rocío de los Peralta, la salina más antigua del mundo. Un hallazgo que refuerza la idea de que en ese punto concreto comenzó una relación milenaria entre el ser humano y la marisma.

Pero más allá del pasado, Marisma Humana quiso ser una llamada de atención sobre un presente cada vez más frágil. Estamos en un momento crítico para la conservación de estos ecosistemas. La marisma, Doñana y, por extensión, la naturaleza que nos sostiene enfrenta presiones sin precedentes. Cambio climático, sobreexplotación de recursos, desinformación y desinterés político ponen en peligro lo que ha sido un equilibrio ancestral.

Por eso se hace más necesario que nunca escuchar, reflexionar y actuar. Y esa es precisamente era intención de esta tertulia: abrir un espacio para la reflexión, tender puentes entre la ciencia, la cultura, el campo y la ciudadanía, y recordar que proteger la marisma no es solo una cuestión ambiental, sino también cultural, histórica y humana.

Os invitamos a ver este vídeo resumen de la tertulia Marisma Humana, un viaje emocional y colectivo por las marismas andaluzas.