Gracias al proyecto SaltPan Initiative y la actuación de Salarte, SEO/BirdLife y la Universidad de Cádiz se ha mejorado el hábitat del Ave del Año 2019.
«Con los datos en la mano se demuestra que el manejo de los niveles de agua multiplica la biodiversidad y que las aves seleccionan positivamente salinas y humedales manejados por el ser humano con criterios de sostenibilidad”.
Juan Martín, presidente de Salarte.
La salina La Esperanza, dentro del Parque Natural Bahía de Cádiz, ubicada en el término municipal de Puerto Real-, ha sido el escenario en el que se han llevado a cabo acciones de restauración del hábitat con el objetivo de mejorar el estado de conservación de la población de chorlitejo patinegro, limícola declarada Ave del Año 2019 por SEO/BirdLife por su delicado estado de conservación. Diferentes entidades se han unido en el proyecto SaltPan Initiative para realizar actuaciones de gestión en las salinas que ayuden a la preservación o mejora de las poblaciones de aves que se reproducen en ella como la avoceta, el charrancito, la cigüeñuela y el chorlitejo patinegro.
“Los resultados de los trabajos son realmente positivos. Cuando dedicas un mínimo de recursos para mejorar el hábitat de una especie, los beneficios sobre sus poblaciones se multiplican. Es necesario llamar la atención sobre la conservación de los espacios tal y como son, no podemos dejar que se deterioren porque eso afecta a todo el ecosistema”
Nicolas López, responsable del Programa de Conservación de Especies de SEO/BirdLife.
En total, tras los trabajos realizados en la salina La Esperanza, se han establecido 179 nuevos nidos de chorlitejo patinegro con un éxito de eclosión (nidos en los que al menos a eclosionado un huevo) del 48.54%; 97 nidos de avocetas con un éxito de eclosión general del 42.27 % y 114 de charrancito con un éxito de eclosión general del 50.52%.
Acciones desarrolladas
Este espectacular incremento de nidos de especies amenazadas en la salina han sido consecuencia directa de los trabajos realizados.
Concretamente, se ha realizado el desbroce de los muros para mejorar la visibilidad de las aves frente a los depredadores y aumentar la superficie disponible para la cría; gracias a la colaboración del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María se ha hecho aporte de sustrato calcáreo (conchas), y se han colocado microestructuras (pequeños palitos en forma de Y); asimismo, se ha mejorado el control de los niveles de agua en la salina, permitiendo un manejo más eficiente en cuanto a niveles de agua y salinidad y, por consiguiente, aumentando la biomasa y la accesibilidad de presas potenciales para las aves.
La salina, zona de especial importancia para el chorlitejo patinegro, La Esperanza está acogiendo a la mitad de la población reproductora del Parque Natural Bahía de Cádiz (PNBC), con años cercanos al 70%. La población en el Parque Natural parece que se estabiliza en torno a las 400 parejas en los últimos 10 años. Por lo tanto, el incremento apreciado en la salina La Esperanza no es un efecto de un aumento de parejas en el PNBC, sino que el chorlitejo patinegro está seleccionando cada vez más la salina para criar.
“Creemos que este efecto es debido a un manejo específico para la conservación de la especie en esta salina, se demuestra, por tanto, que el manejo de los niveles de agua multiplica la biodiversidad y que las aves seleccionan positivamente salinas y humedales manejados por el ser humano con criterios de sostenibilidad «
Juan Martín, presidente de Salarte.
La salina La Esperanza es un enclave fundamental ya que en los últimos cinco años ha aumentado el número de parejas de chorlitejo patinegro, avoceta y charrancito.
“Estos resultados demuestran que es necesario aumentar la superficie disponible en el PNBC en la que se lleve a cabo un manejo activo para posibilitar nuevos núcleos de asentamiento”
Ana Carricondo, coordinadora de los programas de conservación de SEO/BirdLife.
“La respuesta a sólo unos meses de haber terminado las actuaciones ha sido inmediata con asentamientos de nidos de las tres especies. Destaca la selección del charrancito por los parches de conchas aportados, así como del patinegro y de la avoceta del asentamiento de una colonia en la zona desbrozada y aislada con agua para evitar el acceso de predadores. El control de los niveles de agua ha sido fundamental para el éxito en la zona y supone una zona de expansión para próximas temporadas de cría”.
concluye Martín
¡Viva la Marisma Salinera! ¡Seguimos!